Existen múltiples factores de riesgo que intervienen en la aparición de cáncer de cérvix. Éstos son necesarios conocerlos para el inicio de la prevención de esta patología, así como del diagnóstico y tratamiento precoces.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de cáncer de cérvix uterino. Se transmite por vía sexual, por lo que a mayor promiscuidad aumenta la probabilidad de infección por este virus.
Algunos estudios demuestran que el uso de anticonceptivos hormonales orales de modo prolongado puede aumentar ligeramente el riesgo de cáncer cervicouterino. Esto se asocia a la disminución de los fosfatos en las células cervicales, que impide la función en las células megaloblásticas y, a su vez, está relacionado con la precocidad sexual y promiscuidad.
Además, se han demostrado otros factores de riesgo ginecoobstétricos importantes para el cáncer de cérvix, como el inicio de las relaciones sexuales antes de los 18 años de edad, así como la promiscuidad de la pareja sexual o los antecedentes de infecciones por VPH. También existe relación con la historia de otras enfermedades de transmisión sexual (Chlamydia trachomatis, virus herpes simple o virus de Epstein-Barr), y por infección por VIH. El grado de inmunosupresión de las mujeres seropositivas se correlaciona con la incidencia y agresividad del cáncer de cérvix.
Otros factores de riesgo a destacar serían el tabaco, las malas condiciones socioeconómicas, la edad temprana del primer parto y la citología alterada.
Todo esto demuestra la importancia de llevar a cabo acciones sanitarias encaminadas a la detección precoz de esta enfermedad, así como a efectuar planes educativos para la prevención.
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